lunes, 6 de mayo de 2013

Yves Saint Laurent.



(Yves Mathieu Saint-Laurent; Orán, Argelia, 1936 - París, 2008) Modisto francés, uno de los nombres míticos de la alta costura. Hijo primogénito de Charles Mathieu y Lucienne Andrée Saint-Laurent, creció junto a sus dos hermanas con todas las comodidades propias de una buena familia asentada en la Argelia francesa. Su padre, abogado de cierto éxito, siempre quiso que Yves estudiara derecho y éste asistió a una escuela de Orán donde recibió una educación basada en una férrea disciplina que le afectó e influyó en su vida posterior.
Siempre se sintió muy unido a su madre, Lucienne, una mujer bella y elegante que fascinaba a Yves con sus constantes cambios de vestuario. Ella comprendió enseguida al sensible niño y cuando vio que los compañeros de clase se reían de su hijo porque vestía las muñecas de sus hermanas y las marionetas del teatro de la escuela, decidió buscar un centro de aprendizaje de confección y patronaje en París donde pudiera desarrollar todo su talento.


Heredero natural de Christian Dior
El joven Saint-Laurent fue presentado a Christian Dior por De Brunhoff y aquél se rindió inmediatamente ante su talento. En 1954 comenzó a trabajar a las órdenes del gran creador, de quien se convertiría en mano derecha hasta la muerte de éste, acontecida en 1957. Durante tres años colaboró de un modo estrecho con Dior, quien criticaba a menudo sus extravagantes propuestas pero al mismo tiempo admiraba el talento creador de su joven discípulo, al que solía llamar «mi príncipe».
El fallecimiento del maestro afectó al joven discípulo, que pasó a ser su heredero natural.
La creación de su propia firma
Mientras tanto, la casa Dior nombró director al asistente de Yves, Marc Bohan, lo que disgustó enormemente al modisto, que decidió demandar a la empresa. Ayudado por su inseparable amigo Bergé, Saint-Laurent presentó una demanda y peleó hasta recibir una indemnización de la empresa por daños morales y, con ese dinero y el de Mack Robinson, un hombre de negocios estadounidense interesado en la moda, creó su propia casa de costura.
En 1962 presentó una primera colección bajo su nombre y cuatro años después lanzó el esmoquin, que con el paso del tiempo se convirtió en un clásico. Con esta prenda y el resto de sus creaciones se erigió en el pionero de una moda más democrática, rápida y asequible, pensada para las nuevas generaciones.
A mediados de los años sesenta se puso a trabajar en colecciones pensadas para la mujer madura y sofisticada. La actriz Elizabeth Taylor lució en su boda con Richard Burton un modelo de Saint-Laurent, y otras famosas, como Marlene Dietrich, Farah Diba, la duquesa de Windsor, Sofia Loren o Catherine Deneuve, también llevaron sus vestidos en alguna ocasión. Con la complicidad de su mejor amiga, Betty Catroux, Saint-Laurent creó un estilo andrógino con el que pretendió encontrar para la mujer el equivalente del traje de hombre.
Creador revolucionario y modelo ocasional
En 1970 sus desfiles destacaron por la presentación de la americana femenina y vestidos y blusas que dejaban la espalda al descubierto. Pero el hecho de que su colección «Estilo años 40» obtuviera muy malas críticas fue motivo suficiente para que Yves decidiera abandonar la moda durante los dos años siguientes. A principios de los años setenta hizo de modelo para su colección Rive Gauche de prêt-à-porter masculino, y llegó a posar desnudo ante la cámara de Jean-Loup Sieff para su perfume, algo inusual en aquellos tiempos.
Con la colaboración de sus dos mejores diseñadoras, Loulou de La Falaise y Anne-Marie Muñoz, en 1974 el modisto reapareció con una colección dedicada al Segundo Imperio y de nuevo escuchó aplausos. Ese año la revista Time lo denominó «rey de la moda» y le dedicó una portada. También ingresó varias veces en hospitales, de los que salía para volver a recaer, y ni siquiera el apoyo de su amigo Pierre pudo evitar que acabara cada vez más solo en su piso de París, o refugiado en la mansión que se había construido en Marrakech. Harto de esta situación, Bergé lo abandonó en 1976.